<3>
ł> <ц
jos ojos vertiendo perlas *n cenchas de fino nacar, dijo; ya soy dichosa, fine m valor me consagra, ! üe ie consideré пшено nianos de la desgracia. Ÿ yo en ver su rockier, i 5 dije: quién fue la causa h que tan divino archivo (& té en Ciudad tan villana? ‘ ella dijo: Caballero, !l nobleza te acompaña, be has de conceder dos cosas, toe ambas á dos sen muy llanas: ! * ptimera, no saber *>i Eeyno, origen ni patria: ' la segunda, i su tiempo 5r á de tí coronada, 1 para saber mi historia, ¡i¡ sentimiento la habla, fo la dije : bella Irene, 5 todo estas otorgada; me dice : has de saber, be me llamo Fénix Alba, 5 opulenta en hermosura, de muchos celebrada, ^ quizá por ser asi, ,ï e el hado, que asi me trata. 4ve muchos galanteos : caballeros, que bastan 'to decir que eran espejos pundonor de mi Patria, como es razen de estado toe nobles estilada, tondo mi heroico estilo, j Duque me enamoraba ‘ r * »er -mi digno esposo, /bis padres (íqué desgracia!) opusieron contra mí tondo que no igualaba. ,Уо viendo que mi edad biadura se pasaba,
me enamoré de un criado. Ayo de mi hermano (calla, lengua, que estás balbuciente, no te descubras tus faltas) pero para qué lo encubres, si el dolor se arde en las llamas? Mas dejame que le alabe, que era un pimpollo en fragrancia, un Seneca en discreción, У un Marte por su arrogancia, que solo á él se rindió de mi hymeneo las aras. Este, viendo que no era igual á mi sangre hidalga, me dijo (ay Dios) si quería irme con él á su Patria; y yo como estaba ciega de su bizarría y gala, le di dos mil norabuenas, y robe roda mi casa, y traje dos mil doblones, sin las joyas de imporancia, que en pensarlo cada dia el corazón se me arranca. Dispusimos el viage, У con otro en su compaña, en dos Andaluces, hijos del Betis , rio de España, su valido llevó el oro, У á mí mi amante á las ancas, y salimos una noche, antorcha que nos guiaba, y como vientos deshechos los caballos caminaban, y llegamos à este sitio я descansar; ( qué desgracia ! ) pero si hablo verdad, tenia sangre villana, á vista de la vileza de su origen ordenada, que entre Jos dos dispusieron «te robar mi flor guardada,