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Vamos ahora à Zelínda pues se hallaba prisionera en la cadena de amor, que no duerme, ni sosiega pensar en el Christiano ; У à la noche venidera a tiempo que sus criados r |nden à Morfeo treguas, s in que la sienta su Padre se entró en su quarto halagüeña, diciendo : Christiano, amigo, si estás durmiendo, despierta, У escúchame un rato atento : Has de saber , que quisiera a lo que te preguntare, que la verdad me dixeras; *e respondió cortesano, con agrado, y reverencia : Mandarne señora mía, en que yo servirte pueda, que por servirte , mi vida peligro he de ponerla. Relinda le replicó : Ęs el cuydado , el que sepa, si tú me tienes amor, c omo no Jo manifiestas ; porque yo estoy entendida, Şue mis favores desprecias; Juan le respondió : Bien mio, jde vuestra hermosa belleza beso las plantas mil veces, У no entendais , que es tibieza que haya ocultado mi amor ; Sl lo hecho es por vergüenza, qtie como eres gran señora gerarquia tan Regia, У У 0 tu humilde criado, tío entendí que mereciera 1 fecibir tantas dichas, an colmadas, y tan llenas, que no es posible que haya ersos ? papeles , ni letras para poder ponderar

con la estimádon que aprecia mi corazón los favores, que me ha hecho vuestra Alteza, y estoy muy agradecido, y lo sentiré de veras, señora que por mi causa algún detrimento os venga. Si mi señor Muzali llega à saber con certeza, que vuestra Alteza en mi quarto à hora estraviada entra, yo solo seré el culpado. I)ixo Zelinda : No temas, que tu Dios será servido, que mi Padre no lo sepa ; y si acaso lo supiere, te disculparé yo mesma. Con estas, y otras razones, durmió el Christiano con ella, después que le dió palabra de irse con él à su tierra, y de bolverse Christiana ; y antes de que amaneciera se fue Zelínda à su estancia ; juego al otro dia ordena, que un Sacerdote cautivo, sin que nadie lo supiera, le eche el agua del Bautismo, púsole Maria Josepha por nombre y los desposó, y la niña muy contenta le dió para su rescate oro, plata y finas perlas; luego pidió 2 su señor Muzali, que le conceda licencia para venir à España* à dar una buelta, y que quiere juntamente, que le conceda licencia para traher un retrato de la singular belleza, y prodigio de Zelínda, para que en España sepän, Ł 1 que