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cl valle rie Tarajár, donde el Ejército acampa. l’ero el General Turon, el soldado de gran fama, ya con sus valicnlcs llega, y al enemigo rechaza. El denodado Cervino allá va con su brigada, y Mogrovejo y Otero, y el mismo líos, que comanda el heroico Cuerpo, acude donde el peligro le llama. Con la division segunda luego el General Quesada de Tetuan sobre el camino Ç or extrema izquierda marcha. mas de quinientos moros, que avanzando por la playa, fueron á emboscarse en una de las mas hondas cañadas, sorprendidos y diezmados or nuestras brillantes cargas, uyen cubriendo las rocas con sus municiones y armas. Y donde quiera deshechas aquellas tropas fanáticas, estréllense con su furia contra la alevada táctica del gran caudillo que rige los destinos de la Patria, contra los dignos esfuerzos del tercer Cuerpo, que alcanza, con su jefe Kos, la gloria de tan brillante jornada. Y para nuestros hermanos así comienza la Pascua, de fresco laurel ceñida, con nuevos timbres ornada. Seguid, seguid escuchando en sus romances al alma; que aunque es humilde su acento, mas grandes victorias canta. II. (Veintinueve de Diciembre! ¡Cómo el corazón se embriaga con los recuerdos de un dia de tal prez y gloria tanta! Los infieles atacaron al batallón de Vergara , one firme a los incansables Ingenieros apoyaba

18 — en la senda de Tetuan, que la del triunfo señala. Dejemos al tercer Cuerpo en las ásperas montañas, arrollando vigoroso á aquellas feroces kábilas, de sus fuertes posiciones con denuedo rechazándolas. Contemplemos á los puros fulgores de la mañana el horizonte sereno, la mar limpia y sosegada. Todo anuncia la alegría de un pueblo que se levanta para recordar al mundo su inmensa gloria pasada. Van á tronar los cañones que en Lepanto retumbaban, anunciando sus acentos á las naciones extrañas la resurrección magnífica de aquella invencible armada que impuso al orbe sus leyes, y que en sus empresas árduas hasta las soberbias olas vió de su poder esclavas. * ¡Ved!... sobre el limpio crista ya se desliza la escuadra. Es el vapor Vasco Nuñez nuestra nave capitana, después siguen otras nueve entre ellas Princesa y Blanca Colon , Isabel Segunda , Villa de Bilbao , ý marchan, para el combate dispuestas, haterías destrincadas, divisándose á lo lejos de Tetuan las torres altas, de los fuertes de la ria las almenas artilladas. Ya doblan el Cabo-Negro, ya penetran en la radas y óyese un «¡viva O DcnnalM* y Vasco Nuñez dispara, y signe luego Isabel, y después las dos fragatas ilir gen al mismo tiempo de estribor las andanadas. La batería rasante del infiel sus fuegos lanza*, y la Villa de Bilbao ya con los suyos la abrasa;