<3>
«n Pession qne don Pedro se venia redundo, para salir a la calle, llegó a atajarle los pasos. Aqui su valor heroico le fué iodo necesario, se eífoizó la v .lentia, y tremendo, y ano) do, les dijo: El que no quisiere que se lo lleven los diablos, no se me punga delante, que por vida de San Pdoio, que esta coioeta de azero, con el valoi de еле brazo, derribara mas cab zas, que tiene el genero humano. Dio un brinco por en.re todos, y en ia caile se ba plantado, siendo la rabiosa embidia. de los mayores contraíras. El caxero de don Pedro, que era un Vizcay no honrado, viendo nctotio pehgO, se fué a su ».asa volando. Secogió la pbta, y oro, y aparejando un cavallo, á vista de la pendencia volvió a bussar a su amo. Y el señor Corregidor viendo el pleno mal parado, les dijo Favor al Rey, ea , piend die o mui dio. Viendo den Fedro que ya se le iba el bi.zo cansando, á palos y a cuchillad,s les h.zo ciar paro íianco. Salió por una caheja, donde encomió a su criado, que en b cve nen po le dijo lo que dejo decLiado. Alomó en un cavallo, y luego, scb'e el bolador pegaso, «guido del Vizcaíno,
le puso pnettas al esmpo. Se pasaron á Marveiia, y con cinco Valencianos, y su ciiado, y el siete, quiso reparar los daños. Lo mayor de este suceso, lo mas admirable, y raro, es, que no sacó don Pedro, ni una hetida ni un araño. Y el señor Corregidor, iracundo, y enojido, ¡ despachó requisitorias con deseos de agarrarlo. Dispusieron el entierro de los tristes malogrados, y curaron los headers, que quedaron mas de cuatro. Vamos ahoia a la Dma, que enmedio de tal fracaso, ni la muerte de su padre la sentia, tanto, cuanto la ausencia <.e su querido, que adoraba su retrato. Y el enamorado Joven, con Odo ei pedio abrasado, de las luces de su dueño, no temia los estragos, ni se acordaba del riesgo,, solo sentía, llorando, (que también los hombres lloran, cuando esran enamorados; la perdida de la perla preciosa, que le quiiaion. Dejó pasar cinco dias, y despues de bien armados, dijo don Pedro a los suyos: Amigos, vamos al caso, yo me he de entrar en Tarifa, aunque se. viniera abajo toda la region del fuego; por el Cielo soberano, que he de sacar à mi esposa, Uno me hacen pedazos,.