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que do había de faltar agua la que yo quisiera teniendo franco el corral para cuando me diera gana desatacarme de atrás, ers muy en tarde eo tarde porque no comía ná. Al descuido del maestro yo solía visitar la cocina y el puchero íe gustaba destapar, cuando encontraba gandinga en menos de un presin ar le quitaba yo del mundo, y así pedia pasar, yestando engolfado un dia tiraado de la tajá, el maestro que me toca ев uu hombro por detrás, y me dijo, ya eaistes, y ahora te escaparás? «supiera ir á un presidio wyá hacer un ejemplar: cojió el puchero por un asa y tirando un poco atrás lelo estrelló en la cabeza queaquí tengo la señal, salí que no vi la puerta, me principian á gritar, udos decían, á ese,

otros dicen allá vá, el que se comió Ja carne; ;tesupo buena, Pascual? jo al mismo tiempo me daba сов les zancajos atrás, oe allí salí acreditado para no volver jamás, ме ful á otro pueblo que estaba cuatro leguas mas allá Já la entrada de la calle tstá una mujer sentá; Ï yo le dije, señora, donde iré sin errar ац па tienda de barbero haga falta un oficial, * 1 en uua casa de esquina, maestro Baltasar F clamau^ por uno, JNije vamos allá, Rediciendo, á Dios gracias liift C0Dlestan ’ d Dios sean dá. L S f uar ^ e á V. buen maestn un oficial, Imitará la tienda

©n viéndome trabajar, me dijo, pase usted adelante, siéntese usted á descansar, cuando llegó un carbonero que se venia á afeitar cada barba como uaa lesna acabada de amolar, y entró diciendo, maestro, haga nsted por bondad de espacharme por lo pronto que está la burra cargá, siéntese usted buen amigo yo lo comencé á bañar bastantes chispas de agua salieron porei corral, luego tomé la navaja, y la comencé á amolar, seis veces hizo tris tris, pillólo aquí á mano vuelta y apretándolo de atrás como aquel que monda nabos la navaja echó á roncar, el hombre hacia moines sin dejar de suspirar, yo dije al pronto, este hombre nada tiene de particular que tenga porque sentir y que le obligue á llorar por alguno de su familia, déjelo maniobrar y yo con mi violencia demostré mi habilidad, en todo el lao izquierdo le saqué una rebauá desde la oreja á la barba, se veia la quijá. me agarró por la datura y me tiró hácia atrás liándome en la cabeza un agua \ iento de patás, grité con todo mi pecho, acudió la vecindad, vino el alcalde primero que fué el que pudo evitar de que uo me rematara, el cirujano ya está con una aguja de re y una tramilla encerá le hizo un culo de pollo, como quien cose un costal; y c! cirujano pregunta, usted se halla capaz de hacer las diligencias por .10 que pueda resultar

esta herida no es de muerte bastante padecerá; si la carnadura es buena en sabiéndola curar, dentro de cincuenta meses ha de poder trabajar, y yo como puerca sorda escuchando eo el portal sin despedirme de nadie me salí por el corral, hize noche en uu cortijo donde llegué á preguntar, dondeestá el aperaor, me dijeron allí está: Dios guar de á usted aperaor, me dá usted la peona para trabajar mañana, a un hombre de agilidad? y me dijo, sí señor, váyase usted á calentar que allí está la gañanía, y allí puede Usted cenar, lnego que la gente venga sí ponen dificultad, diga usted que yo lo mando que nadie le dirá ná, al entrar porei cortijo, se me abalaozó un animal, atado por el pescuezo que si me llega á pillar hace colación conmigo, y yo salté hácia atrás más rápido que un bolero, me dirigí sin errar, sentándome á la calor, ya principian á llegar, con unos palos muy largos y en la punta una rejá, diciendo: alabado sea el que mata á los gallegos É ya estamos en la pasá dala navaja fulano, mira que voy a grasnar, el último que alli entró que fué el que vino detrás con una chivata larga,

dijo vamos á cenar, preparar ese gatuperio principian á menear, y una música entonaron como ima caja estemplá* luego dicen arreor, arrímese us led á cenar

y llenar la falfarracha