<19>
se levantase. Clar . Cuidado, que aviseis á la Princesa, al punto que·., mas que veo! Aparte viendo á Enrique . Enriq . Ya me ha visto , y así es fuerza llegar á hablarla. Ciar. Señor, i con tal trage vuestra Alteza ? Enriq. Esto es , Milady , porque... yo no sé qué responderla. Ap . Ciar . Perdonad , me cause risa vuestro disfraz. Enriq . Por las señas, esta ropa no os agrada; mis sin embargo es muy buena m para el fin que me propongo. Ciar. Si atrevimiento no fuera, preguntara... „Enriq. Me divierto egerciendo las tareas de jardinero , y así
de Enrique Quinto. Ciar . Señor , si me dais licencia, os suplicaré un favor. Enriq. Qué es Ciar . H iy cierto Poeta, de fama bien conocida, que perseguido se encuentra á causa de algunos versos,
estoy antes que amanezca
es fuerza
Ap.
en mi jardin , ocupado en plantar , podar.., y llevar trage acomodado. Ciar . Ah mi Príncipe , qué honestas diversiones 1 todo el pueblo, que algún dia vuestra Alteza 1 gobernara , debe darse ' parabienes de que tenga !!í vuestra Alteza tan sencillos placeres. Enriq. Nunca pudiera venir esa reflexión á peor tiempo... quisiera saber cuál es el motivo de que Miladi me venga ; á visitar á estas horas? Ciar. Mi Señora la Princesa, sabiendo que habéis pasado la noche entre las faenas utiles a vuestra gloria, me ha enviado, porque anhela , saber de vuestra salud. Enriq. Siempre mi esposa demuestra su bondad y su cariño. Ciar t Yo también estaba inquieta por saber de vos , S^ñor: preciso es que vuestra Alteza cuide mas de sa salud, y las noches tan siquiera se entregue ai descanso. Enriq. Es cierto que la noche fue molesta, aunque por distinta causa·
Ap,
que el vulgo necio interpreta
contra un hombre poderoso. Enriq . Es un necio : si escribiera contra mi persona , nadie le incomodara. Ciar . Él os ruega, por mi medio , le indulteis, firmando su perdón. Enriq. Venga, es justo que sea indultado en ocasión como esta. Milady , ya estais servida. Ciar . Agradezco á vuestra Alteea el favor. Enriq. Yo me retiro. Salí con mucha destreza del apuro : nadie sabe de mis aventuras.
N J
ESCENA IV.
Clara y Eduardo· Ciar. Pi ensa
que me ha desean ver
engañado. Eduardo, á su Alteza un anciano y una joven, decid , que luego qus venga me aguárden en esta sala, pues yo quiero por mí mesma presenciarlos.
ESCENA V.
Eduard. Bueno
Eduardo solo. Bien está«, seria que fuera el Capitan·., y sin duda vendrá á entregar á su Alteza el relox·.. pero á qué fin traer á Bety·., quizás sea para enseñarla el palacio: según por Jas apariencias puedo juzgar, Ladi-Clara, no sabe la aventura nuestra. Pero como podré dar esta sortija á su Alteza; es fuerza hablar con el Conde, y callar hasta que venga, b*