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LA DOLOROSA PASION Y MUERTE yel descendimiento de la Santa Cruz.
RELACION MISTICA DE de Ntro. Señor Jesucristo Alma, si eres compasiva mira, atiende y considera, al pie de la cruz, María, viendo estar pendiente de ella á su dulcísimo Hijo, abierto con cinco puertas, corriendo arroj os de sangre, coronada la cabeza de penetrantes espinas, corriendo sangre por ellas',, que por su divino rostro de hilo en hilo gotea. Mira aquel color difunto, y aquella boca de perlas, parece un clavel morado de haber caído en las piedras; las rosas de sus mejillas ‘ dos cardenales en ellas, su garganta que á la nieve no le hacia diferencia, desollada y denegrida ; hombros y espaldas abiertas,, que de los fuertes azotes los huesos se ven por ellas.. En los brazos v rodillas tiene las llagas abiertas de haber caido en el suelo llevando la cruz acuestas, llagado y corriendo sangre de los pies á la cabeza. Su madre le está mirando, oye como se lamenta : Hijo de mi corazón, ¿qué culpas fueron las vuestras,, que asi os quitan la vida, siendo la misma inocencia? ¡Oh todos los que pasais, atended, mirad mi pena, si hay dolor que á mi dolor pueda hacerle competencia Y.
Solo este Hijo tenia, y por envidia y soberbia, sin culpa me lo han muerto. ¡Ay Jesus! que me atraviesa una espada el corazón. ¡Ay que la noche se acerca!... No tengo una sepultura, ni una mortaja siquiera ; no hay quien de la cruz lo baje: ¿qué hará esta esclava vuestra? Angeles de mi custodia, ¿cómo no aliviais mi pena? Los ángeles respondieron : no nos han dado licencia de bajar, que vuestro Hijo no corre por nuestra cuenta. Yolvió la Virgen los ojos, y viendo que viene cerca una cuadrilla de gente que traen dos escaleras, le d jo sobresaltada ά san Juan, de esta manera : dime, Juan, hijo querido, ¿sabes qué gente es aquella? ¿qué injuria querrán hacer á esta infinita grandeza? San Juan dijo: Madre mia, dejad, y no tengáis pena, que son José y Nicodemus, y vendrán á cosa buena. Llegan los santos varones, viendo á la divina Reina al pie dé la cruz llorando, y á su Hijo muerto en ella; á sus pies se arrodillaron, comenzaron con gran pena á espresar su sentimiento,, y á las palabras primeras , con la fuerza del dolor todos á llorar comienzan..