<5>

\

g SEGUNDA PARTE, QUE REFIERE COMO IBA LISARDO A SACAR del convento á doña Teodora, y viendo hacer sus propias exequias se retiró á hacer penitencia. « * - m y . У : ' ; r / . 11 1 ■«■«se5Era¡2Hí , $&^seK£4^ , ^5ES3==áSB =ss "™· 1 ·--"·· ' ■■■

Supuesto que la licencia me tienes ya concedida, (.¡irlos, escucha el fin lo que una pasión motiva. Después que hubo Teodora logrado tan sania vida, ; v estando de religiosa , ya en la clausura metida, yo refrené mis pasiones, modesto anduve unos dias disimulando mi pena. La hacia algunas visitas, ya en público, ya en secretoj pero con tal modo iba, que jamás causé recelo de las sospechas antiguas. Cansado ya de aguardar, mi pasión me precipita, interponiendo papeles que á Teodora la escribía. Cuatro meses se pasaron reiterando esta porfia, hasta que tocó el demonio el clarín de la lascivia, que con espanto y denuedo dejó á Teodora vencida, toda embebida en deseos, toda en celos sumergida, y otras muchas apariencias que el demonio la ponia, y sin poder reportarse, me llamó y me dijo un dia : Lisardo mio, ya ha tiempo que me tienen tan sin vida un ejército de celos,

un tropel de ansias prolijas, un lago de pensamientos, que aunque quiero no soy mia. Tan tuya me constituyo, que si tu te determinas á sacarme del convento, sin que el temor lo resista, sin que el pundonor lo estorbe, me arrojaré compelida á los lazos de tu amor, hallando en ellos cabida trataremos nuestras bodas, ofreciéndote la vida, y mi mano juntamente, que es el triunfo de mis dichas. La respondí: dulce dueño, amada prenda querida , no quiero morir, creyendo con el donaire y la risa, que me quieres engañar. Teodora me respondia: no es engaño no por cierto, sino que tu cobardía busca ya desaguadero para olvidarme. У aplica un lienzo blanco á sus ojos, que bañados los tenia en lágrimas y entendiendo de que no era fantasía ni sueño lo que escuchaba, la dije: Teodora mia, desde luego me consiento en hacer cuanto me pidas, sin que riesgos me acobarden, aunque perdiera mil vidas.