Constantinopla celebra con fiestas , bayles y juegos. Mas los placeres del mundo, eon falsos y pasageros, que á las delicias mas grandes, suceden los contratiempos. Amor con su llama activa, abrasa su crudo pecho, la hermosa y tierna Adelayda es su' placer y recuerdo. En medio de tanta dicha »olo le falta el objeto, á quien su amor consagrar» y jurará por su dueño. " Otro crimen horroroso, concibe y piensa resuelto; quiere robar su Adelayda para cumplir su deseo. Pide al Sultan una gracia y és, le conceda el recreo del campo por cuatro meses, y este la concede atento. Dejado el blanco turbante, en clase de pasagero el rumbo toma de España en barco veloz y griego. Pisa las playas de Cádiz, y con valor y denuedo á Salamanca dirige sus pasos tenaz y fiero. Llegado una oscura noche, y disfrazado, en silencio de su querida la casa pisa amoroso y tremendo. Huérfana estaba Adelayda, entra y la coje resuelto ; ésta suspira y se asusta y espide tiernos lamentos. No temas mi bien , le dice,

solo á que me sigas vengo solo tu dicha procuro no pierdas tan grato tiempo. Es muy en valde responde, tengo mas nobles intentos; mi corazón y mi mano . ceder mañana pretendo. Del santo claustro al retiro, solo quiero á Dios eterno y los placeres y dichas de su mano solo espero. Una y mil veces el jdven, emplea amoroso el ruego: nada consigue, y venganza solo concibe violento. Saca el puñal patricida, grita Adelayda al momento; y pertinaz y obsecado causa su muerte luego. La fuga emprende el tirano, corre asorado cual viento, do quier dirije sus plantas, do quier se dirije incierto. El triste grito , á un vecino dispierta y le priva el sueño; vé la desgracia, y conmueve en alta voz todo el pueblo. De mil peligros cercado, cede porfía su ardimiento; y en triste y oscura cárcel, llora el malvado ya preso. El cuarto dia, al cadalso acaba su vida Anselmo á los perversos dejando tan triste y fatal ejemplo. A tal desgracia escarmiente, y tiemble todo perverso: que al vil cruel, asecino siempre le castiga el cielo. FIN.

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