<4>

acción no queda segura; y el dolor de ua tal tormento ningún remedio lo cura. X. Yo vengo á ser mi enemigo, pues no os acierto à obligar, con que por vos vengo à estar mal con vos, y mal conmigo. Mi pecho no halla testigo contra vos, cuando lo ingrato en averiguar prosigo; y pues que à mi me maltrato, yo vengo à ser mi enemigo. Muy ufano puede estat¬ ini* pecho dando à entender la buena elección de amar, que osha acertado à querer, pues no os ha acierto à obligar. Nunca llegará à ocupar, el centro en que os admití, jTi allí no pensara hallar uo estuviera yo por mí: conque por vos vengo á estar. En esta empresa que sigo ya cobarde, ya animoso : •como veo no os obligo ; siempre queda lo amoroso mal con vos, v mal conmigo. XI. De hielo nace mi llama: vedel mal que amor me ha hecho qua tengo de fuego el pecho y allí de nieve la dama. Tanta belleza en mi dama quiso el cielo disponer, que el amor mi pecho inflama y siempre imposible ser: de hielo nace mi llama. Contra razón y derecho

vive el fuego al hielo unido; y padezco à mi despecho: por lo bien que ie he servido, ved el mal que amor me ha hecho Del daño saco provecho, y en lágrimas con el llanto muestra que no està deshecho ó con fuego, pues à tanto que tengo de fuego el pecho. No consumir esta llama obra es de amor milagrosa, pues el fuego que me inflama, dentro en mi pecho reposa, y alli de nieve la dama. XII. Del amor estoy cercado, en sola fe sostenido, de esperanzas descuidado de poder ser socorrido. Cuando vi tu mucho rgrado sin atender lo que hacia, soltóla rienda al cuidado, y cuando menos temia del amor estoy cercado, No sacaré otro partido, sino la gloria de veros, confesándome rendido, y así me obligo à quereros en sola fe sostenido. Poes de tal suerte he quedad» que imaginando que os quiero, satisfecho de mi estado, vida me dà el ver que muero de esperanza descuidado. De verme también perdido y con tan justa razón, se ve ufano mi sentido, sin confiar ocasión de perder ser socorrido.

FIN. 9 VALENCIA : por la Viuda de Agustín Lahorda.