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Núm, 236.

LA PRINCESA DE

R Esnenen multiplicados loş clarines de la fama, y los éos de sus voces repartidos por las vagas ■ regiones de los dos Orbes publiquen eu sus distancias el cnas estupendo caso, que á referirlo no bastan ios acentos, de mi Vnetja. % *r Vos Madre ¡lena de gracia, dad á mi lengua soltura, y á mis voces eficacia. En Sicilia , gran Provincia de las que encierra la Italia nació Dionisia , Princesa heredera de Tinneriä. Logró del Cielo en lo hermoso las perfecciones sin tasa. Lagrói s todas , pues era linda , sin querer ser Dama, tratable mas que qualquiera, como sin igual humana, discreta como ninguna, mas que la mejor gallarda, y el todo como el a sola, pues en ella sola hallaba la verdad , quanto en las ctras

fingen las lisonjas vanas. Voló de sus bellas prendas por las Provincias la farna. La pidieron por esposa quatro Principes de italia, en quienes solo luci i una prenda con ventajas. Al primero ennoblecía su Real sangre , a ornaban al segundo iss liqueaas, a! tercero la bizarra gentileza de su· cuerpo; el quarto se señalaba en muy Cristianas virtudes, por esto Й Diodista agrada. Escogió , pues . por esposo á Alberto , que asi se llama. Este , amante de la Virgen, por voto especial rezaba cada dia su Rosario con estas dos circunstancias, que ha de ser á media noche, de rodillas á las aras de la Purísima Madre. Sucedió , pues , que llegada la noche de desposorios junto al talamo ya estaban