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A es*a reliquia dimando. La horca cri el camp' citaba, Lt la ciudad de Colonia, Cu sodo alguno aju -ticiäöan, P.ra perpetua memoria D elìa nunca lo brj. ban. ■'· La justicia ejecutaron Pero él no confesó, Los motivos ig oramos Y Santa Bárbara obró Maravilloso milagro. Un buen hombre que pasó, Por el sitio al tercer dia, Cuando de repente oyó Aquel cuerpo que pedia A esta reliquia favor. Con tristes voces decía. Me traigan un Confesor Pues me conserva la vidt, Este roüagrp que obró Santa Bárbara querida. Se fue el hombre á la C indad Y lo r L г i do cuanta, Pero verán que maldad El Verdugo* vil intenta, Y hacia el sup icio se vá. Como vivo lo effćpr-tfó Y que á Barbara II uñaba, E! corazón !e partio Con u a Αι -rte lanzada Que con sn mano >e dió. Con depravada intención De esia mancia le hablaba, A ver si la devoción, De Sarga Barbara am da Te vale en esta o'asion. Mjas vieadq -.¡ne no moria Le ha causado admiración.,
A Ja Ciudad se volvía 1 Y el milagro publicó Que Santa Bárbara hacia. Las Justicias se juntaron, El Clero, y toda la gente, Hacia el suplicio marcharon Viendo el milagro patente Aquel hombre descolgaron. A un hospital lo llevaron, De leprosos que allí había, Los Jueces le preguntaron Que diga como vivia Y en breve lo ha publicado. El paciente respondió, Con mas dulces palabras, Este es milagro de Dios, Por Santa Barbara amada, Qe en mí pecho traigo yo. De pequeño me enseñaron Mis padres la devoción, de Bárbara, y con agrado conmigo la traigo yo Y es la que á mi me ha amparado. Al punto lo confesaron, Le tíieion la CamuMon, Y también que le olearon, Υ -lUfgo dignes murió A uel bien aventurado. Se extendió un gran olor l\Iyy fragrante y tae hermoso, Que la gente se creyó, Que aquęl hombre v«i tu roso Se halla gozando de Dios. Mas viendo la devotion De Barbara cuanto vale, El testimonio se dió, Se le encarga á los mortales Que la tengan con fervor.
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