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Salen D. Silv etio y Pablito.

Pah. TTOy viene usted tempranito: li. vo y á avisar á mi ama, que también ha madrugado. Silv. No la incomodes: aguarda, Pablito. Pab. ¿Qué manda usté? Sil v. ¿Ha salido esta mañana? Pab. Si señor. Silo. ¿ Y adúnde fue? Pab. A la casa de las Yacas, y luego de vuelta oimos dos misas en las Descalzas. SUv. ¿ Y habló con alguien ? Pab. Con todos los conocidos que hallaba. Si'v ¿Y la encontró D. Patricio? Pab. ó'i señor. Silv. ¡Habrá desgracia como la mia ! Sale Ciar, ¿ Qué es eso ? ¿Qué materia reservada es.esa ? Silv. A los pies de usted. Ciar. ¿ Qué es eso , digo ? Silv. No es nada. Ciar. Ese nada quiero yo averiguar. Pab. Preguntaba su merced, si usted habia hoy ya salido de casa, ■* y adonde. Ciar. ¿Y no se lo has dicho? Pab. Si señora : yo pensaba que en esto::- Clar. Has hecho muy bien. Dame aquí una silla baxa. Pon un asiento al señor, y anda , vete á la antesala. Pab. Apuesto que las preguntas ap. no le han de salir baratas.

Yo no los entiendo: ellos riñen, y ellos se agasajan, vase. Ciar. ¿No se quiere usted sentar? Se sienta. ¿Viene usted de prisa? Vaya, hable usted: ¿tiene usted alguna cita de alguna madama? Silv. Yo, señora Ciar. ¡Ahí sí, es verdad, que be salido esta mañana sin pedirle á usted licencia anoche ; no me acordaba. ¿Queréis que os pida pardon? que lo haré con mucha gracia; pero volveré á salir siempre que me dé la gana. Silv. Yo lo creo. Ciar. ¿Y por qué no? ¿Usted juzga que me manda? Esa es mucha vanidad; y, amigo, las esperanzas con que vive de ser dueño de mi mano y de mi casa, luego que se cumpla el año de mi viudedad , os pasan á grosero, Silv. ¿Yo, señora? ¡Ah! cómo os burlais de un alma que veis rendida. ¡Y qué breve (á poder) justificara se sienta. yo aquesta satisfacción, que cree vuestra perspicacia haber penetrado en mí! Mi señora Doña Clara, creed , que sí tengo este defecto, no es por mi cau.a. Ciar. Será por la del vecino. Silv. Si lo tomais así::— Ciar. Vaya esa justificación,