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tiope y Orithîa; la última hacia entonces la guerra fuera de su país. Antiope se vid sorprendida por los Griegos; un gran número de Amazonas muertas , y otras prisioneras. Me- nalippa, hermana de la Reina fue cogida por Hércules que la entregó á Antiope, y recibió en cambio las armas de es¬ ta. A Hipólita, otra hermana de Antiope la hizo prisione¬ ra Teseo; y cedida á este héroe como parte del botín se casó con ella, y tuvo un hijo que la pasión de Phedra hi¬ zo célebre. Los griegos condujeron en tres naves sus cau¬ tivas; pero estas los sorprendieron y mataron : mas como ignoraban el arte de navegar, no sabiendo hacer uso de los remos, de las velas, ni del timon , y habiendo degollado á los conductores, se entregaron á las olas y á los vientos, y abor¬ daron á una costa escarpada de la laguna Meotides, donde los Escitas libres habitaban. Desembarcaron allí, entraron por el país, se apoderaron de una piara de caballos que encontra¬ ron » y se sirvieron de ellos para hacer correrias y pillage en las tierras de los Escitas. Estos no podían comprehen- der lo que veían , pues idioma, trage y nación, todo les era desconocido. Se preguntaban con admiración unos á o- tros, g de dónde vienen estos enemigos? les parecia que eran jóvenes de una misma edad, poco mas ó menos; y tuvieron con ellas varios combates. Pero habiendo cogido algunas, re¬ conocieron que eran mugeres, y juntando su consejo resol¬ vieron que no se matase ninguna } y que se enviase hacia donde estaban una porcion de los mas jóvenes, igual á su número, con órden de campar cerca de ellas, de hacerlo mismo que viesen , de no combatir, aunque fuesen perse¬ guidos , tomando entonces la fuga, y cuando ellas hiciesen alto, volver á campar á su inmediación. Los Escitas habían tomado esta resolución con el desig¬ nio de tener hijos de estas mugeres guerreras. Los jóvenes comisionados cumplieron con lo que se les había mandado; y así que ellas conocieron que no iban con intención de ha¬ cerlas daño, admitieron sus salutaciones. Los dos campos ca¬ da dia se acercaban mas el uno al otro; los jóvenes no di¬ ferian de las Amazonas , sino en las armas, y en los caba¬ llos, y tenian el mismo género de vida, cazando y pillan¬ do como ellas. A eso de medio día acostumbraban las Amazonas Ir á 9
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